El primer paso para descubrir tu potencial es darse cuenta de que sin importar tus limitaciones físicas, financieras o del entorno, tú, yo y la gran mayoría de la humanidad tenemos una riqueza muy importante en común: Nuestra Mente.
Nuestra mente puede trabajar con y para nosotros, ayudándonos a alcanzar nuestros objetivos. Una vez que logramos abrir las puertas que nuestra mente bloquea, tenemos la oportunidad de hacer lo siguiente:
* Aprender a anular el temor a fracasar y a no ser lo suficientemente bueno. Dejar de lado las fobias sociales y el dominio de las creencias limitantes.
* Descubrir los talentos y los dones que nos fueron dados y cómo podemos desarrollarlos.
* Aprender a detectar las nuevas oportunidades para desarrollar el crecimiento personal y aprender nuevas habilidades.
* Establecer las metas que siempre pensaste que eran metas para los soñadores, y luego alcanzar esas metas.
* Desarrollar un fuerte sentido de propósito y dirección. Conocer el valor de tu vida en este mundo y la diferencia que tu nueva vida puede hacer.
* Conviértete en alguien que ama a enfrentar un desafío y luego afrontarlo, y superarlo. Descubrirás la diversión en la conquista de los diversos desafíos que hay en tu propia vida y que el statu quo (estado del momento actual) ya no es un nivel aceptable.
*Aprender acerca de los beneficios de una vida equilibrada en donde tu salud física, emocional, espiritual y financiera se desarrolle en armonía una con otra y te sientas realizado y satisfecho con tu vida.
* No hay que ser alguien que siempre está feliz sólo para conformar. En cambio, querrás vivir en la zona de lo extravagante, colmado y logrado.
Al invertir en el tiempo para abrir tu propio potencial, tienes la oportunidad de descubrir para qué fuiste creado. Parte de este proceso es identificar cuál es tu propósito. Para hacer esto, necesitas mirar primero aquello que te hace sentir apasionado.
Una vida vivida con pasión es una vida vivida plenamente.
