
No olvidemos que el dinero es sólo un medio para lograr algunos de nuestros objetivos y las finanzas personales son las herramientas que necesitamos, pero si no tenemos claras nuestras metas, no alcanzaremos la felicidad, así tengamos todo el dinero del mundo.
Muchas personas siguen confiando en que sus hijos se harán cargo de ellas durante su vejez. Otras se llenan de artículos inútiles y gastan más de lo que tienen.
Lo peor de todo es que pocos se dan cuenta de su error. Por eso es importante que, al menos una vez al año, cada persona se siente a reflexionar sobre qué es lo que realmente quiere en su vida.
De vuelta a lo esencial
Para muchas personas, lo principal es su familia. Por eso, para darles todo suelen trabajar horas extras, se preocupan demasiado por su empleo, dejan de ver a sus amistades y vuelven tarde a casa, es decir, terminan por sacrificar lo que más quieren.
Si uno quiere vivir mejor, debe terminar con esto. No se trata de dejar lo que se tiene ni de ser menos productivo en el trabajo. Lo que se requiere es cambiar de dirección y seguir los siguientes pasos, tal como lo señala el asesor en finanzas personales, Joan Lanzagorta:
1.- Modifica tu estilo de vida. En la actualidad, sobre todo en países más desarrollados, muchas personas dejan negocios y empleos muy lucrativos en aras de lograr una vida simple. Todos ellos se han dado cuenta y creen firmemente que la clave para la felicidad financiera es gastar menos de lo que ganan. Sin embargo, saben que cada persona puede determinar qué es lo que está bien con relación a sus ingresos, inversiones y gastos. Uno podría tener toneladas de dinero y aun así no vivir la vida que realmente quiere.
Uno debe pensar y analizar cuidadosamente sus diferentes alternativas de vida y las consecuencias financieras de hacer dichos cambios. Tal vez deseemos que alguno de los miembros de la pareja deje el trabajo y se quede en casa con los hijos.
Desde luego, cualquier cambio que se quiera tener debe realizarse en forma planificada. No necesita ser grande: pasos pequeños pueden hacer la diferencia.
2.- Poner primero a la familia. Como país, en Venezuela estamos trabajando más horas y pasamos menos tiempo con nuestras familias. Dejamos a nuestros hijos frente al televisor o con juegos de video, olvidándonos de la importancia que tiene platicar con ellos de manera frecuente. Es muy fácil caer en este tipo de patrones, pero también lo es salir de ellos.
Tal vez ese proyecto que tenemos sobre el escritorio no pueda esperar para mañana. Sin embargo, los hijos también crecen muy rápido y ese tiempo que dejamos de pasar con ellos lo podemos lamentar en el futuro.
3.- Al trabajar, pensemos en nosotros mismos. La noción tradicional del trabajo era, literalmente, sacrificar nuestra vida por la de la empresa. Esto siempre ha sido una gran contradicción. Con la ola de fusiones y adquisiciones que hoy se está viviendo es posible que nuestra empresa en un futuro ya no lo sea más. Por eso es importante invertir en uno mismo: educarse, prepararse, sin olvidar dar lo mejor de nosotros a nuestro empleador.
4.- Hacer rendir el dinero que llevamos a casa. Mientras más lo aprovechemos, menos necesitaremos ganar para conservar nuestro nivel de vida. Ojo, no estamos hablando de privaciones, sino de vivir sin complicaciones, negociar los mejores precios, administrar con mejor criterio.
5.- Convertir nuestras deudas en inversiones. Esto es un paso esencial: cuando uno está endeudado, nuestro dinero siempre trabaja en nuestra contra (pagamos intereses a otros). Por el contrario, cuando las deudas se pagan y se comienza a invertir, uno está construyendo su camino hacia la libertad financiera que algún día llegará…